26 de diciembre de 2010

Fin de la obra



Recostada en el piso de esta habitación,
que no logro reconocer,
le sonrío a mi sombra,
que camina por el balcón.

Apenas puedo pestañear,
apenas puedo mover los dedos de los pies,
apenas puedo revolcarme en esta alfombra,
apenas puedo mantenerme despierta.

Gritando en mi mente,
gritando con todas mis fuerzas,
nadie puede oirme,
nadie más que yo.

Mi cara mojada, brotan las lágrimas,
puedo acariciar la desesperación,
voy buscando la calma, siento alcanzarla,
de pronto la luz se apagó y el telón cayó.

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