Ella

LLegó la noche y una vez más
sus ojos parpadeaban lentamente,
caminaba abriendo paso entre la gente,
gente que no existe pero se cruza en su camino.

Avanza con miedo aunque no lo demuestre,
haciendose amiga de su locura,
decidida a vivir y hacer lo que siente,
sin escuchar las voces que le dicen que esta equivocada.

Sonriendole a las estrellas,
atrapando al aire que la envuelve,
brillando con su propia luz, que encandila a quien la mire,
ella disfruta de su libertad, su tan amada libertad.

La distancia solo es tiempo, el tiempo es viento,
guardado en un par de agujas que giran sin parar,
hay gente que queda atrapada en el tiempo
y hay gente como ella que prefiere volar con el viento.

Nada, nada la detendrá y sabe que no se equivocará,
porque cuando el corazón dicta los pasos a seguir,
puede ver el camino que tiene que andar,
y si las lágrimas quieren alcanzarla ella solo correrá.