4 de enero de 2010

Pupe me enseño a sumar


Pupe es una chica normal, si, lo que nosotros entendemos por normal,
tiene unos veinti tantos años, pero no se deja llevar por la edad,
ella dice que debe tener unos diez, no porque se sienta inmadura,
sino porque ella cuenta su edad, desde que la puede recordar.

Va sumando los años felices y va restando los dias en que la hicieron llorar,
ella nunca pierde la cuenta, sabe desaparecer los dias grises y hacer que no vuelvan más.
Todos los días tiene algo nuevo por que luchar, reir, cantar, bailar, soñar...
cada día que pasa, es una aventura más que sin miedo, ella va a atravezar.

Pupe no sabe escribir, pero como se habrán dado cuenta, sabe contar,
sabe diferenciar un número par de un número impar,
a veces se confunde con los números primos, tíos, hermanos o abuelos,
pero no le preocupa, ella ríe a carcajadas y vuelve a empezar.

Pupe todos los dias cambia de animalito para dormirse
hace tiempo se aburrió de las obejitas, las blancas, esas peluditas,
ella dice que las obejas se olvidan de sonreir, por eso aburren,
y todos piensan en ellas para contar y poderse dormir.

Pupe escucha nuevas canciones, dibuja las melodías en el aire,
va contando cuantas la hacen sonreir y cuantas penas hay en las demás
va bailando, girando y girando, queda mareada hasta caer sentada en el piso,
no para de reir, se levanta y vuelve a girar, cierra los ojos y gira con más velocidad.

Pupe sabe valorar las pequeñas cosas que le regala la vida,
va visitando duendes, se hace amiga de las hadas que la invitan a volar,
pintan las estrellas, corren sobre la luna, ella les enseña a jugar con los números par,
trepan por los árboles y se esconden en las maderitas que se están por desprender.

Pupe me enseñó a vivir más de la cuenta, a contar más de una vez las veces que tropecé,
y las que me quedan por caer, aunque te duela más que un raspón de rodillas,
nunca olvidarás como levantarte y caminar con la frente en alto,
o por lo menos eso deberías de hacer... eso me repetía.

No todo lo que brilla es oro, pero vos podes hacer brillar todo a tu alrededor,
vamos a contar un poco más la felicidad y restar aún más, las penitas que nos hacen mal,
verás que ya nadie se preocupará por la edad, todos seríamos jovénes con pequeñas arrugas,
que marcarian nuestra felicidad, recordándonos que supimos disfrutar ... Empezamos a sumar?

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